Ya conocido por sus propiedades antiinflamatorias y calmantes, el cbd pronto podría convertirse también en un aliado válido en el tratamiento de la adicción a la nicotina y los opiáceos.
Los efectos sobre la salud de los derivados del marihuana, tales como el aceite CBD, han sido objeto de numerosos estudios médico-científicos durante años.
Dados los prometedores resultados obtenidos en el tratamiento del dolor crónico, algunos estudios más recientes se han centrado en el cannabidiol (CBD) y su potencial para contrarrestar la adicción a la nicotina y los opiáceos.
Nos ocuparemos de esto aquí. Primero intentaremos entender si el CBD puede ser adictivo y luego examinaremos bajo qué circunstancias puede ayudar a combatir las adicciones.
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¿El CBD presenta algún riesgo para la salud?
El cannabidiol es un derivado del marihuana presente en muchos productos que se pueden comprar legalmente en España.
La ley que dio origen a las cadenas de suministro de marihuana CBD, de hecho, permite el cultivo y procesamiento de plantas con una concentración de THC inferior al 0,2%.
Cabe señalar que la ley no prevé limitaciones al CBD, porque el cannabidiol es un compuesto no psicoactivo del marihuana y, por lo tanto, no tiene efectos psicotrópicos y dopantes (como los tiene el THC).
En un informe de la OMS de 2018, que contiene el estado del arte de la investigación científica sobre el tema, se afirma explícitamente que el CBD se puede tomar sin riesgos particulares para la salud.
Además, según el informe, el CBD no induciría la dependencia física que suelen inducir las sustancias de abuso.
Según la OMS, la dependencia de sustancias es aquel estado psíquico y físico que determina la necesidad del uso continuado de la sustancia para evitar el síndrome de abstinencia.
CBD y adicción: ¿qué dicen los estudios?
Al fin y al cabo, que el cannabidiol puede ayudar a superar la adicción a los opiáceos no solo surge de la opinión de los expertos de la OMS, sino que también parecería ser confirmado por diversos estudios.
Un equipo francosuizo de investigadores de la Universidad de Paris-Saclay y la Universidad de Lausana llegó a la misma conclusión después de realizar una revisión sistemática de estudios sobre el tema con el objetivo de evaluar el impacto del Cannabidiol en los trastornos por uso de sustancias.
La revisión, titulada “Cannabidiol en el contexto del tratamiento del trastorno por uso de sustancias: una revisión sistemática” y publicada en Addictive Behaviors en 2022, tiene en cuenta la investigación realizada en humanos y animales.
De cualquier manera, el CBD resultaría útil como complemento en el tratamiento de los trastornos por uso de sustancias.
El ingrediente activo parecería intervenir en las señales enviadas por las células nerviosas al interactuar con los neurotransmisores. De esta manera, el cannabidiol ayudaría a los pacientes a lidiar con los síntomas de abstinencia, como la ansiedad y la frecuencia cardíaca alta, con mayor facilidad.
Las investigaciones realizadas en animales, en particular, han demostrado su eficacia contra el uso de alcohol, opiáceos y metanfetaminas, mientras que investigaciones en humanos han encontrado efectos positivos del CBD en casos de nicotina, marihuana y opiáceos.
Finalmente, no debemos olvidar que, dado que el marihuana se ha utilizado durante años para el tratamiento del dolor crónico, hemos acumulado datos e información útiles para comprender su impacto en las adicciones.
Así, por ejemplo, el Dr. Elliot J. Krane de Stanford Children’s Health sugiere que el marihuana medicinal puede ser beneficioso en pacientes que no han respondido a la terapia convencional para el dolor.
Estos beneficios derivarían de un menor uso de opiáceos, que poco a poco están siendo sustituidos por preparados a base de CBD.
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En conclusión, el CBD no es adictivo, pero el THC sí lo es.
En resumen, los primeros resultados científicos sobre el impacto del CBD en el tratamiento de los trastornos por uso de sustancias son prometedores, pero los estudios aún están en curso y es demasiado pronto para estar seguros.
Según las pruebas recogidas hasta el momento, los preparados a base de cannabidiol no inducen adicción, a diferencia de la marihuana clásica que, al contener THC, es en todos los aspectos una sustancia psicoactiva.
Precisamente por eso, el CBD (presente en el hachis CBD, por ejemplo) se presta a ser utilizado en el tratamiento de la adicción a la nicotina y a los opiáceos. Como demostrarían algunas investigaciones, además, su impacto también parecería positivo en el tratamiento de la terapia del dolor.
Sin embargo, no se debe subestimar que cuando decimos que el CBD no induce adicción, nos referimos a la adicción física inducida por sustancias de abuso.
La historia es diferente si tenemos en cuenta la dependencia psicológica que genera el CBD, de la que aún no tenemos evidencia científica.
También hay que tener en cuenta que incluso en el marihuana medicinal el THC puede estar presente en concentraciones más o menos altas y, por tanto, el riesgo de crear adicción permanece.
En conclusión
Seguramente, la adicción que se genera con el marihuana es menor que la que se deriva del consumo de drogas, como podría ser por la heroína.
Sin embargo, el hecho es que la marihuana es adictiva y, si dejas de tomarla, puede provocar síntomas de abstinencia, cuyos síntomas son irritabilidad, náuseas, trastornos del sueño, etc.
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