¿Qué relación hay entre el ritmo circadiano y el cannabis? Un enfoque desde la ciencia del sueño

¿Qué relación hay entre el ritmo circadiano y el cannabis? Un enfoque desde la ciencia del sueño | JustBob

Las investigaciones más recientes están demostrando cómo los compuestos de la planta pueden influir en los ciclos diarios del cuerpo y en la forma en que se estructura el descanso

La relación entre el ritmo circadiano y el cannabis es uno de los campos de investigación que más estimulan a los neurobiólogos. Nuestro reloj biológico interno, que regula los ciclos de sueño-vigilia y muchas otras funciones fisiológicas, interactúa con el sistema endocannabinoide, una red de receptores y moléculas que nuestro cuerpo produce de forma natural. Esto sugiere que los fitocannabinoides presentes en el cannabis, en particular el CBD y el THC, pueden influir no solo en la calidad del sueño, sino también en la estabilidad del propio ritmo circadiano.

Estudios científicos recientes han documentado que el sistema endocannabinoide tiene su propio ritmo circadiano, con niveles de endocannabinoides que fluctúan de forma natural a lo largo de las 24 horas. Este descubrimiento ha abierto nuevas perspectivas para comprender cómo las sustancias presentes en el cannabis pueden modular el sueño e incluso contribuir al tratamiento de trastornos relacionados con la alteración de los ritmos biológicos.

La comunidad científica está evaluando las formas en que el CBD puede regular el ciclo sueño-vigilia, a diferencia del THC, que muestra efectos más complejos según la dosis y la cronicidad del uso.

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El sistema endocannabinoide y la regulación circadiana: cómo funciona

Ahora sabemos que el sistema endocannabinoide es uno de los principales actores en la regulación del ritmo circadiano y del ciclo sueño-vigilia. Se trata de un sistema complejo que incluye receptores cannabinoides (principalmente CB1 y CB2), endocannabinoides producidos naturalmente por el cuerpo, como la anandamida y el 2-araquidonoilglicerol (2-AG), y enzimas que regulan su síntesis y degradación. Las investigaciones han demostrado que los niveles plasmáticos de anandamida alcanzan su máximo al despertar y descienden progresivamente hasta el momento anterior al sueño.

El 2-AG, el otro endocannabinoide principal, muestra un perfil bastante diferente. Los estudios realizados en seres humanos en condiciones controladas han revelado que las concentraciones séricas de 2-AG aumentan progresivamente durante la mañana, alcanzando su máximo a primera hora de la tarde, con valores hasta tres veces superiores al mínimo nocturno. Este comportamiento es único entre los ritmos endocrinos conocidos, ya que alcanza su máximo durante el período de alimentación, lo que sugiere una función integrada en la regulación del apetito y el metabolismo energético.

El núcleo supraquiasmático (SCN), una especie de «marcapasos» del reloj biológico en el cerebro, expresa abundantemente los receptores CB1, que se localizan tanto en las neuronas GABAérgicas como en los axones dentro del propio SCN. Los experimentos realizados con células del SCN han demostrado que la activación de los receptores CB1 reduce la liberación de GABA, el principal neurotransmisor inhibidor, lo que conduce a un aumento de la actividad de las neuronas circadianas.

La distribución «regional» de los endocannabinoides en el cerebro revela otros aspectos de su función circadiana. En el núcleo accumbens, la corteza prefrontal, el estriado y el hipocampo, estructuras asociadas a las funciones límbicas, sensomotrices y mnemónicas, el 2-AG y la anandamida muestran ritmos diurnos inversos. El 2-AG es más elevado durante la fase de luz, mientras que la anandamida predomina durante la fase de oscuridad, lo que sugiere que los dos endocannabinoides desempeñan funciones distintas, pero complementarias, en la regulación del ciclo sueño-vigilia.

El CBD y la modulación del ritmo circadiano

El CBD interactúa con el sistema endocannabinoide de forma diferente al THC: al no unirse directamente a los receptores CB1 con una alta afinidad, modula el sistema a través de mecanismos más complejos. Las investigaciones más recientes han revelado que el CBD puede influir en los genes del reloj circadiano, especialmente en las células microgliales del cerebro. Un estudio realizado con células microgliales BV-2 demostró que el CBD, pero no el THC, regula la expresión de genes fundamentales del complejo circadiano.

Esta capacidad de modular los genes del reloj biológico sugiere que el CBD podría actuar como un regulador circadiano endógeno. Los experimentos realizados en modelos animales han confirmado que la administración de CBD prolonga el período del ritmo circadiano de forma dependiente de la dosis. En concreto, los estudios con Drosophila melanogaster han demostrado que el CBD alarga el período de actividad locomotora, lo que indica una influencia directa sobre el reloj circadiano. Esto podría implicar un estado de mayor relajación, potencialmente asociado a una mejora de la calidad del sueño.

El cannabis CBD, disponible legalmente en algunos países europeos, puede ser útil para quienes buscan ayuda para regular el sueño. A diferencia del THC, el CBD no produce efectos psicoactivos y actúa principalmente reduciendo la ansiedad y el estrés, factores que a menudo comprometen la calidad del descanso nocturno.

El mecanismo por el que el CBD mejora el sueño no está del todo claro, pero parece implicar la activación de los receptores serotoninérgicos 5-HT1A, que median los efectos neuroprotectores, antidepresivos y ansiolíticos. Al reducir la ansiedad, una de las causas más comunes del insomnio y los trastornos del sueño, el CBD facilita el sueño y mejora la calidad general del descanso. Sin embargo, es importante señalar que los efectos del CBD sobre el sueño pueden variar en función de la dosis.

Ritmo circadiano y cannabis: imagen de ejemplo | JustBob

THC y arquitectura del sueño

El tetrahidrocannabinol (THC), el principal componente psicoactivo del cannabis, también ejerce efectos sobre el sueño y el ritmo circadiano, pero de forma diferente al CBD.

La administración aguda de THC, especialmente en dosis bajas, puede producir efectos sedantes que facilitan el sueño y reducen el tiempo necesario para conciliar el sueño. Algunos estudios han documentado que el THC aumenta el sueño de ondas lentas (sueño profundo no REM) y reduce simultáneamente la fase REM (movimiento ocular rápido), asociada a los sueños.

Esta reducción de la fase REM explica por qué muchas personas refieren una disminución del recuerdo de los sueños cuando consumen productos que contienen THC. Sin embargo, los efectos del THC sobre la arquitectura del sueño cambian drásticamente con el consumo crónico. La administración prolongada de THC se ha asociado con una disminución del sueño de ondas lentas, con efectos inconsistentes sobre la fase REM. Además, estudios preclínicos han demostrado que el uso crónico de THC puede interferir molecularmente con la señalización circadiana.

Las investigaciones realizadas en células microgliales han revelado que el uso crónico de THC conduce a un aumento de la tolerancia a nivel molecular, alterando la expresión de los genes del reloj circadiano en los tejidos periféricos. Esta interferencia con los mecanismos circadianos a nivel celular puede contribuir a los trastornos del sueño observados en los consumidores crónicos de cannabis con alto contenido en THC. Cuando se interrumpe el consumo crónico de THC, muchas personas experimentan insomnio por abstinencia, lo que sugiere que el sistema endocannabinoide ha desarrollado una dependencia del aporte externo de cannabinoides.

Un aspecto particularmente interesante es la interacción entre el THC y la melatonina, la hormona que regula el ciclo sueño-vigilia. Los datos preliminares han demostrado que la administración de THC puede aumentar los niveles de melatonina en sangre, medidos a intervalos de 20, 60 y 120 minutos después de la ingesta. Este efecto podría explicar en parte las propiedades sedantes a corto plazo del THC, pero se necesita más investigación para comprender las implicaciones a largo plazo de esta interacción hormonal; sobre todo, también hay que tener muy en cuenta los efectos negativos de este compuesto. ​

El papel de los terpenos en la regulación del sueño

Además de los cannabinoides, el cannabis contiene una amplia gama de terpenos, compuestos aromáticos que influyen en parte en el sueño y el ritmo circadiano. El mirceno, uno de los terpenos más abundantes en muchas variedades de cannabis, es conocido por sus propiedades sedantes y relajantes. Este terpeno, presente también en el lúpulo y la citronela, potencia las propiedades sedantes de los cannabinoides, favoreciendo la relajación muscular y facilitando un sueño más profundo y reparador.

El linalool, otro terpeno común en el cannabis y presente también en la lavanda, posee propiedades calmantes que reducen el estrés y la ansiedad, barreras comunes para un descanso de calidad. La combinación de mirceno y linalool en variedades específicas de cáñamo CBD crea un perfil de terpenos especialmente favorable para mejorar el sueño. El beta-cariofileno, un terpeno con propiedades antiinflamatorias, es capaz de aliviar cualquier malestar físico que pueda perturbar el descanso nocturno.

La investigación sobre los terpenos y su interacción con el sistema endocannabinoide es un campo emergente que podría dar lugar a estrategias más específicas para el tratamiento de los trastornos del sueño.

Estabilidad del sueño y sistema endocannabinoide: lo que sabemos

Un aspecto que ha surgido de las investigaciones recientes se refiere al papel del sistema endocannabinoide, no tanto en la inducción del sueño, sino en la estabilización de los estados de vigilia. Estudios realizados en modelos animales han demostrado que la activación directa de los receptores CB1 aumenta el sueño de ondas lentas estabilizando el sueño, mientras que el bloqueo de los receptores CB1 fragmenta el sueño.

La privación del sueño induce cambios significativos en el sistema endocannabinoide. En ratones jóvenes sometidos a privación aguda del sueño, los niveles sinápticos de endocannabinoides disminuyen, mientras que en adultos jóvenes la anandamida y la oleileanolamida (OEA) aumentan durante la fase de sueño de forma circadiana. Este estudio parece demostrar que la edad influye en la forma en que nuestro cuerpo utiliza los endocannabinoides para regular el sueño.

El hecho de que los niveles de receptores CB1 aumenten durante la fase de rebote, tras la privación del sueño, indica que el aumento de la actividad del sistema endocannabinoide a nivel receptor podría estar involucrado en la recuperación homeostática tras la pérdida de sueño. Esta evidencia subraya cómo el sistema endocannabinoide actúa como un mecanismo compensatorio que el cuerpo activa para restablecer el equilibrio del sueño cuando este se ve perturbado.

Ritmo circadiano y cannabis: imagen evocadora | JustBob00

CBD y modulación del ritmo circadiano: implicaciones clínicas y perspectivas futuras

La relación entre el cannabis, el sistema endocannabinoide y el ritmo circadiano está abriendo perspectivas clínicas prometedoras. El posible papel del CBD en el reequilibrio del ciclo sueño-vigilia es relevante para quienes sufren jet lag o trabajan por turnos, condiciones que alteran el ritmo circadiano. Algunos productos de Justbob, destinados exclusivamente a uso técnico, coleccionismo o investigación, ofrecen fuentes estandarizadas de CBD útiles en contextos experimentales para estudiar estos efectos.

La distinción entre CBD y THC sigue siendo crucial en las evaluaciones terapéuticas. El CBD tiene un perfil de seguridad favorable y no es adictivo, mientras que el THC conlleva riesgos relacionados con el uso crónico, incluida una posible alteración de los ritmos circadianos. En los contextos en los que se permite el uso médico del THC, es necesario evaluar cuidadosamente la dosis, la frecuencia y el momento de la administración en relación con el ciclo circadiano del paciente.

La investigación deberá aclarar varios aspectos aún poco definidos: determinar la dosis óptima de CBD para los diferentes trastornos circadianos, comprender mejor la interacción entre los terpenos y los cannabinoides en la modulación del sueño y desarrollar protocolos personalizados que tengan en cuenta la variabilidad individual. Los ensayos clínicos amplios, con seguimientos prolongados, serán decisivos para confirmar los beneficios preliminares e identificar posibles efectos adversos a largo plazo.

La evidencia de que el sistema endocannabinoide presenta su propia ritmicidad circadiana, con variaciones en las 24 horas de los endocannabinoides y la expresión receptorial, indica que intervenir en diferentes momentos del ciclo natural puede generar respuestas diferentes. El aspecto cronobiológico es una frontera útil para optimizar las intervenciones basadas en cannabinoides.

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Cannabis y sueño: la importancia del ritmo circadiano

La relación entre el cannabis y el ritmo circadiano es un campo complejo pero prometedor. El sistema endocannabinoide y el reloj biológico están estrechamente relacionados, y el CBD puede modular el ciclo sueño-vigilia y otros procesos regulados por el ritmo circadiano. Aunque la comprensión de estas interacciones aún es parcial, las pruebas indican que los enfoques específicos basados en productos estandarizados sin THC o ricos en CBD podrían ofrecer apoyo a quienes padecen trastornos del sueño.

El uso de productos que contienen cannabinoides debe cumplir siempre estrictamente con la normativa vigente. En Europa, el cannabis light y el hachís CBD, en los países donde se permite su producción y venta, deben mantener niveles de THC entre el 0,2 y el 0,3 % y están destinados a uso técnico, coleccionismo o investigación. Los posibles beneficios del marihuana sin THC solo deben investigarse a través de productos farmacéuticos bajo supervisión médica.

No olvidemos que la respuesta individual a los cannabinoides es extremadamente variable. La edad, el sexo, la genética y el estado de salud influyen significativamente en los efectos sobre el sueño y el ritmo circadiano. Algunos estudios indican, por ejemplo, una mayor sensibilidad masculina a los efectos promotores del sueño derivados del aumento de los endocannabinoides, aunque reconocen que la señalización endocannabinoide tónica favorece el sueño en ambos sexos.

¿Perspectivas de futuro? Probablemente, dispondremos de formulaciones con proporciones específicas de CBD, THC y terpenos para una intervención específica sobre el ciclo del sueño. La disponibilidad de productos estandarizados y técnicas analíticas avanzadas permitirá definir con precisión el quimiotipo de las diferentes variedades. La farmacología de los cannabinoides podrá desempeñar un papel cada vez más importante en el tratamiento de los trastornos del sueño y la regularización del ritmo circadiano.

Ritmo circadiano y cannabis: takeaways

  • El sistema endocannabinoide sigue un ritmo circadiano con niveles de anandamida que alcanzan su máximo al despertar y de 2-AG que aumentan hasta la tarde, uniéndose al núcleo supraquiasmático a través de los receptores CB1 para regular el sueño y el metabolismo;
  • El CBD modula los genes del reloj biológico en las células microgliales, prolonga el período circadiano de forma dependiente de la dosis y mejora el sueño reduciendo la ansiedad a través de los receptores 5-HT1A, sin efectos psicoactivos;
  • El THC facilita el sueño profundo aumentando el sueño profundo, pero con el uso crónico reduce las ondas lentas, altera los genes circadianos y causa insomnio por abstinencia, interactuando también con la melatonina.

Ritmo circadiano y cannabis: FAQ

¿Cómo interactúa el sistema endocannabinoide con el ritmo circadiano?

El sistema endocannabinoide posee su propio ritmo circadiano, con niveles de anandamida que alcanzan su máximo al despertar y de 2-AG que aumentan hasta la tarde. Además, interactúa directamente con el núcleo supraquiasmático (el reloj biológico del cerebro) a través de los receptores CB1 para regular el ciclo sueño-vigilia, el apetito y el metabolismo energético.

¿Qué efectos tiene el CBD sobre el sueño y los genes del reloj biológico?

El CBD modula la expresión de los genes del reloj biológico, especialmente en las células microgliales, y puede prolongar el período circadiano de forma dependiente de la dosis. A diferencia del THC, facilita el sueño principalmente reduciendo la ansiedad y el estrés mediante la activación de los receptores serotoninérgicos 5-HT1A, sin producir efectos psicoactivos.

¿Cómo afecta el consumo crónico de THC a la arquitectura del sueño?

Aunque el THC puede inducir sedación a corto plazo, su uso crónico reduce la fase REM (asociada a los sueños) y el sueño de ondas lentas. Además, interfiere molecularmente con la señalización circadiana, generando tolerancia; por ello, la interrupción del consumo crónico suele provocar insomnio por abstinencia.