Esta es la situación actual del cannabis legal en Italia
En la actualidad, una fuerte incertidumbre rodea al sector de la comercialización del cannabis CBD en Italia, con repercusiones potencialmente devastadoras para la industria agrícola y para los inversores, que confían en las numerosas empresas pertenecientes al sector que han surgido en Italia en los últimos años que, debido al clima favorable de este país mediterráneo proporcionen productos Made in Italy de alta calidad.
En primer lugar, es importante subrayar que, gracias al clima favorable, el sector agrícola vinculado al cultivo de cannabis sativa en Italia es particularmente prolífico y su impacto en la economía de este país es impresionante.
Se atraen inversiones de todo el mundo porque la planta de cáñamo es particularmente versátil, pudiendo ser utilizada en construcción, cosmética, alimentación, para la recuperación de tierras y como base para tejidos y otros biomateriales.
También podría estar en la base del desarrollo de una economía verde de vanguardia, mientras que la importancia ligada a las posibilidades de uso en el campo terapéutico que poco a poco se están descubriendo, gracias a la intensificación de estudios sobre los compuestos contenidos en la resina y en los cogollos CBD.
Sin embargo, tras una decisión de la Sezioni Unite del Tribunal de Casación y la intervención de la presidenta del Senado Elisabetta Casellati el pasado 17 de diciembre de 2019, quien declaró “inadmisible” una Maxi Enmienda sobre el asunto presentado por 5 Stelle, esta industria sigue pendiente un hilo y, en consecuencia, las inversiones, italianas y extranjeras, parecen estar cada vez más en riesgo.
Además, ambos eventos han sacado a relucir consideraciones que contrastan con muchas opiniones autorizadas sobre la marihuana CBD, al mismo tiempo que corren el riesgo de socavar el sector agrícola italiano.


Contenido y causas de las últimas intervenciones sobre el tema
Las últimas intervenciones intentadas por el Gobierno tienen como objetivo llenar un vacío en la ley 242/2016, que promueve el cultivo de cannabis con un contenido de THC estrictamente inferior al 0,2%, sin proporcionar, sin embargo, reglas claras y exhaustivas sobre la comercialización de plantas e inflorescencias de cannabis legal para fines distintos de los enumerados (principalmente uso industrial y textil).
Este fue el objetivo de la Maxi Enmienda presentada en el Parlamento y luego declarada inadmisible en el Senado. El objetivo era insertar un artículo en la ley de presupuestos para sancionar definitivamente la legalidad del comercio de cáñamo sativa legal.
Esta propuesta se hizo para aclarar definitivamente las dudas al respecto y dar certeza a las numerosas empresas dispuestas a invertir en el mercado italiano.
Estas son las dudas que llevaron al Tribunal de Casación a Sezione Unite a volver sobre las orientaciones contradictorias de la jurisprudencia y los vacíos regulatorios, para concluir que en la actualidad, el cultivo y comercialización de productos derivados de la marihuana sin THC en Italia es ilegal, salvo en los casos y usos explícitamente sancionados en ley 242/2016 (Sección Un. 30475/2019).
Esta sentencia fue provocada por el vacío legislativo aún presente en el ámbito del Cáñamo Industrial: la situación actual lleva a la Ley italiana a aplicar antiguas normativas sobre Cannabis incluso cuando se trata de la comercialización del “novedoso” “Cannabis CBD / hachis CBD“.
La sentencia en cuestión también se refiere al llamado “principio de ofensiva”, que prohíbe la difusión de un producto “salvo que en la práctica carezca de eficacia dopante”; desafortunadamente, la falta de eficacia dopante de hachís / Cannabis CBD no es demostrable hasta la fecha, ya que el THC puede ser “ofensivo” incluso en cantidades mínimas; la decisión sobre el asunto dependería del juez designado de vez en cuando.
Todos estos acontecimientos han suscitado muchas críticas, tanto por el potencial daño al sector agrícola italiano como por la imposibilidad de demostrar la ausencia de eficacia dopante de dicho producto, al no existir índices de referencia.
En resumen: las Sezioni Unite han prohibido el cultivo y comercialización de productos de cáñamo sativa L., salvo los usos especificados por la Ley 242/2016 (que son en principio exclusivamente industriales), invitando al legislador a llenar este brecha legislativa.
Una intervención inicialmente propuesta en el Parlamento pero que, como ya se ha mencionado, fue rechazada en el Senado porque, según el propio presidente del Senado, no era una enmienda admisible en el Presupuesto.
Mientras tanto, el sector vinculado al comercio de productos ricos en CBD ha desarrollado una demanda cada vez mayor. Este principio activo ha sido aislado en cristales que pueden añadirse a compuestos vegetales no derivados del cáñamo, para dar vida a productos altamente innovadores que introducir en el mercado.
Estos últimos, que no proceden del cáñamo, están completamente libres de THC y, por lo tanto, carecen de eficacia dopante. De hecho, el CBD y el aceite CBD se reconoce unilateralmente como una sustancia no narcótica, pero que posee propiedades beneficiosas cada vez más apreciadas en los campos médico, farmacéutico, alimentario y cosmético.


El impacto de nuevas medidas y restricciones en torno al CBD en Italia
En los últimos meses, la discusión sobre la marihuana legal ha alcanzado un nuevo nivel, especialmente tras los debates políticos que giran en torno a un posible decreto impulsado por el gobierno liderado por Giorgia Meloni. La derecha italiana busca redefinir el rango normativo del cannabidiol, con propuestas que incluyen restricciones más estrictas sobre la venta, el envío y la entrega de flores, aceites, cápsulas y otros productos derivados.
El texto preliminar de estas iniciativas apunta a reforzar la seguridad en el control de sustancias, al considerar el CBD como parte de una cadena que involucra al mercado de los estupefacientes. Sin embargo, esta postura genera un fuerte contraste con lo que ocurre en otros países de Europa, como España o los Países Bajos, donde se reconoce al CBD como un cannabinoide distinto al THC, sin efectos psicotrópicos y con un creciente uso en laboratorio para estudios clínicos.
Desde el punto de vista de los productores italianos, cada nueva medida significa un paso atrás para la producción nacional, ya que complica la inserción de productos en el mercado europeo y pone en riesgo la cadena de valor que comienza en el campo y termina en el consumidor final. A través de controles más rígidos, se limita la posibilidad de exportar extracto de cáñamo, variedades ricas en CBD o incluso innovaciones como cápsulas y aceites de amplio espectro.
Los consumidores también se ven afectados: las posibles prohibiciones implicarían una reducción en la lista de productos disponibles, un aumento en los precios y la pérdida de confianza en marcas que hasta ahora habían consolidado una imagen de calidad. Todo esto, en un contexto en el que el medio ambiente y la sostenibilidad del cáñamo industrial se presentan como una oportunidad verde para Italia y para la Europa del futuro.
El correo electrónico que muchas asociaciones de consumidores y productores han enviado a los legisladores italianos subraya este problema: sin una regulación clara, Italia corre el riesgo de quedar aislada mientras países vecinos impulsan la innovación en torno al cannabidiol. La composición de cada producto, los niveles de CBD y los posibles efectos beneficiosos deberían ser evaluados de forma científica y transparente, no bajo la óptica de una simple droga o como parte de los estupefacientes.
En definitiva, Italia se encuentra en un punto crítico: o avanza hacia un marco legal más claro y alineado con Europa, o las restricciones actuales seguirán debilitando un sector que, con la vigor adecuada, podría liderar la innovación en producción sostenible, terapéutica y comercial de cannabis legal.