La planta de cannabis pasa por diferentes fases de desarrollo: conocerlas puede marcar la diferencia en cuanto a la cantidad de la cosecha y las cualidades organolépticas de las inflorescencias
La fase vegetativa es un periodo tan delicado como fundamental: es en ese momento cuando se sientan las bases para la futura productividad de la planta, tanto desde el punto de vista cuantitativo como cualitativo.
En los primeros días tras la germinación, la planta atraviesa un periodo de adaptación en el que comienza la formación de las raíces primarias y las primeras estructuras verdes. Una vez superada esta breve fase inicial, el cannabis entra en la etapa vegetativa propiamente dicha, en la que invierte todos sus recursos en el crecimiento de la masa foliar, la ramificación y la expansión del aparato radicular.
¿El resultado? Una planta vigorosa, lista para soportar el desarrollo de las inflorescencias en la fase siguiente, cuando se sintetizarán cannabinoides como el CBD y el THC.
El fotoperíodo es el principal regulador de esta fase: las variedades fotoperiódicas responden a la alternancia de horas de luz y oscuridad, mientras que las autoflorecientes entran en floración espontáneamente después de unas cinco semanas de desarrollo vegetativo, independientemente de la cantidad de luz que reciban.
Un aspecto fundamental en el enfoque científico del cultivo es la capacidad de modular el fotoperíodo, especialmente en interior, donde se puede prolongar la fase vegetativa y hacer crecer plantas con estructuras imponentes o, por el contrario, reducir su duración para obtener cultivos compactos y rápidos.
Durante la fase vegetativa, la planta aprovecha el proceso de fotosíntesis, gracias a la acción de la clorofila y de orgánulos celulares como los cloroplastos. La absorción de luz y dióxido de carbono permite la producción de glucosa, base para la síntesis de carbohidratos y, posteriormente, de proteínas, ácidos nucleicos y cannabinoides.
El Cannabis sativa aprovecha especialmente bien la fotosíntesis: su adaptación evolutiva le permite maximizar la conversión de la energía luminosa en biomasa, sobre todo si las condiciones ambientales se estabilizan entre 21 y 29 °C y con niveles de humedad comprendidos entre el 40 % y el 65 %.
Un equilibrio adecuado de nutrientes, en particular de nitrógeno, es el factor clave para favorecer un crecimiento sano y rápido. El nitrógeno es el principal actor en la síntesis de clorofila, aminoácidos y proteínas, y su deficiencia se manifiesta inmediatamente con un amarilleamiento de las hojas y un estancamiento del desarrollo.
Durante la fase vegetativa, el aporte de fertilizantes específicos permite obtener hojas anchas y verdes, señal de la salud y vitalidad de la planta. Los errores en la gestión de los nutrientes en esta fase pueden comprometer irremediablemente la producción final, incluso si posteriormente se interviene con correcciones.
Las variedades de cannabis light, como las comercializadas por Justbob, se seleccionan para concentrar principalmente el cannabinoide CBD y minimizar el THC, respetando los límites impuestos por la normativa vigente sobre productos para uso exclusivamente técnico, coleccionismo o investigación.
En las cepas de cáñamo industrial y en las inflorescencias de CBD, la gestión de la fase vegetativa determina la cantidad de principio activo final, ya que un crecimiento sano y ramificado garantiza inflorescencias ricas en tricomas, glándulas especializadas en la biosíntesis de cannabinoides.
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Fase vegetativa del cannabis: cómo funciona (y qué hacen los cultivadores legales profesionales)
La fase vegetativa se caracteriza por una serie de procesos fisiológicos que merecen ser analizados con precisión. Desde el punto de vista morfológico, la planta pasa de una estructura simple a una arquitectura compleja: las hojas, que al principio tienen pocos lóbulos, se desarrollan progresivamente hasta alcanzar la típica forma palmeada de once lóbulos, signo distintivo de la madurez vegetativa.
El crecimiento de la planta se produce a través de la división y diferenciación celular, regulada por hormonas vegetales como las auxinas y las giberelinas. Estas hormonas estimulan el alargamiento del tallo, la producción de nuevas hojas y la ramificación lateral. En condiciones ideales, el cannabis puede crecer hasta seis centímetros al día, con un aumento constante de la masa foliar y del aparato radicular.
El aparato radicular es el motor biológico de la fase vegetativa. Unas raíces fuertes y ramificadas permiten una absorción eficiente de agua y nutrientes, garantizando la estabilidad estructural de la planta. Estudios científicos han demostrado que la presencia de micorrizas y bacterias beneficiosas puede mejorar la capacidad de absorción y la resistencia a los patógenos radiculares, influyendo en la tasa de crecimiento vegetativo.
La gestión del riego es fundamental: el cannabis prefiere riegos abundantes pero espaciados, que favorecen el desarrollo de raíces profundas y resistentes. El sustrato ideal para el cultivo varía en función de las necesidades del cultivador y de las técnicas adoptadas: los suelos ricos en materia orgánica ofrecen una base estable, mientras que los sustratos inertes como el coco favorecen un crecimiento rápido, pero requieren una gestión más cuidadosa de la fertilización.
Durante la fase vegetativa, los nutrientes deben administrarse con cuidado de no excederse: la sobredosis puede provocar fenómenos de fitotoxicidad, que se manifiestan en forma de quemaduras marginales en las hojas y ralentización del crecimiento. En este periodo, además del nitrógeno, son fundamentales el calcio, el magnesio y el hierro, indispensables para la síntesis de estructuras celulares complejas y la regulación de los procesos enzimáticos implicados en la fotosíntesis.
El control del microclima es un elemento común al cultivo interior y exterior. Independientemente del sistema elegido, es fundamental mantener la temperatura dentro de los límites óptimos y garantizar una buena circulación del aire. Un ambiente demasiado cálido o húmedo favorece la aparición de enfermedades fúngicas, mientras que uno demasiado seco dificulta la transpiración y limita el crecimiento celular. En las instalaciones de interior se utilizan instrumentos como ventiladores y sistemas de extracción para modular los parámetros ambientales, lo que ofrece al cultivador la posibilidad de intervenir de forma específica en el microclima.
Fase vegetativa del cannabis entre técnica y ciencia
La estructura de la planta que se forma en esta fase determina directamente la calidad, la cantidad y la facilidad de recolección de las inflorescencias de cannabis. Una copa bien desarrollada aumenta la superficie útil para la fotosíntesis y proporciona el soporte necesario para la producción de grandes cantidades de cogollos CBD (producidos de acuerdo con la normativa vigente en los países donde está permitido).
Se adoptan técnicas de cultivo avanzadas, como el topping (eliminación de la punta vegetativa) y el Low Stress Training (LST, curvatura progresiva de las ramas), para promover la ramificación horizontal, optimizando la captación de luz y maximizando la formación de inflorescencias en las ramas laterales. Estos métodos reducen la dominancia apical del tallo principal, favoreciendo una distribución más uniforme de la energía y los nutrientes.
En el método Screen of Green (SCROG), una red horizontal guía el crecimiento lateral, permitiendo que la planta desarrolle una copa amplia y plana y maximizando el rendimiento por metro cuadrado cultivado. Por el contrario, el Sea of Green (SOG) apunta a cultivos compactos con numerosas plantas que pasan rápidamente de la fase vegetativa a la floración, una solución especialmente indicada para la producción industrial de cannabis light.
La gestión del fotoperíodo permite controlar con precisión la duración de la fase vegetativa, eligiendo entre un crecimiento rápido para plantas pequeñas y uno más largo para plantas madre, utilizadas para la producción de clones y el mantenimiento de líneas genéticas seleccionadas. La posibilidad de prolongar la fase vegetativa hace que el cannabis sea una especie vegetal única desde el punto de vista agronómico y ofrece varias ventajas con respecto a los cultivos anuales tradicionales.
Las investigaciones sobre la influencia del espectro luminoso han puesto de manifiesto que la calidad de la luz, además de la cantidad, puede influir en el crecimiento vegetativo y en la síntesis de cannabinoides. Las lámparas LED con espectro regulable permiten adaptar el entorno luminoso a las necesidades de cada fase, favoreciendo la formación de hojas más anchas y gruesas y la síntesis de compuestos específicos como el cannabidiol.


Curiosidades científicas e innovaciones sobre la fase vegetativa del cannabis
Las plantas de cannabis tienen una extraordinaria plasticidad fisiológica: pueden permanecer en fase vegetativa de forma indefinida si el fotoperíodo se mantiene constantemente por encima de las 18 horas de luz diaria, una capacidad que las hace ideales para la producción de plantas madre de las que se obtienen clones genéticamente idénticos, una práctica que se utiliza a menudo en laboratorios de investigación y cultivos industriales.
Estudios recientes sobre el metabolismo del cannabis han puesto de manifiesto una estrecha correlación entre la capacidad fotosintética y la síntesis de metabolitos secundarios como los cannabinoides. En particular, la densidad del flujo fotónico fotosintético (PPFD) influye en la velocidad de crecimiento y en la producción de biomasa, mientras que las diferentes temperaturas y concentraciones de nitrógeno en el sustrato pueden modular la expresión genética de las enzimas responsables de la síntesis del CBD y otros cannabinoides.
Los científicos han demostrado que las variedades destinadas a la producción de inflorescencias de CBD muestran una mayor eficiencia en la fotosíntesis en comparación con las cepas ricas en THC, manteniendo bajos niveles de estrés oxidativo incluso después de exposiciones prolongadas a luces artificiales y temperaturas elevadas. La resiliencia demostrada por estas variedades se aprovecha en los cultivos de interior de cannabis light: una gestión cuidadosa de la fase vegetativa permite desarrollar plantas sanas y, sobre todo, muy robustas, adaptadas a ciclos de producción intensivos.
Un aspecto particularmente fascinante es el color de las hojas, que refleja la concentración de clorofila y otros pigmentos como los carotenoides y los antocianos. Las variaciones en el color pueden ser indicativas de estrés, deficiencias nutricionales o condiciones ambientales subóptimas, pero también pueden inducirse con fines de investigación fotosintética, como ocurre con el cáñamo industrial utilizado en la fito-depuración y la producción de biomasa.
La formación de tricomas, es decir, las glándulas responsables de la producción de cannabinoides, comienza ya durante la fase vegetativa: estos pequeños orgánulos se distribuyen por la superficie de las hojas y ramitas, listos para desarrollarse y madurar en la siguiente fase de floración. Los cultivos que favorecen un crecimiento vegetativo vigoroso y ramificado tienden a producir una mayor cantidad de tricomas y, en consecuencia, una mayor concentración de cannabinoides en la cosecha final.


¿Cuál es el ciclo completo del cannabis?
El cannabis atraviesa un proceso de desarrollo bien definido, compuesto por cuatro etapas sucesivas que requieren cuidados específicos.
El primer momento es la germinación, cuando la semilla se abre liberando la radícula y los primeros cotiledones: este proceso puede completarse en pocos días o prolongarse hasta diez días, dependiendo de la temperatura ambiente y la calidad genética de la semilla. Inmediatamente después comienza la etapa de plántula, una fase delicada de aproximadamente dos o tres semanas durante la cual aparecen las primeras hojas dentadas típicas de la especie y se consolida el sistema radicular primario.
La tercera etapa, la fase vegetativa de la que estamos hablando, como hemos visto, es el momento de mayor expansión estructural. La última etapa del ciclo es la floración, cuando se forman las inflorescencias y se sintetizan los cannabinoides: esta fase suele durar entre siete y catorce semanas y concluye con la maduración completa de los tricomas y el consiguiente momento de la cosecha.
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Fase vegetativa: donde se construye la calidad de la cosecha
La fase vegetativa del cannabis es una etapa vital compleja y articulada, que condiciona el resultado que se obtendrá en la siguiente fase de floración, tanto en términos de cantidad como de calidad del producto final. Todos los aspectos, desde el fotoperíodo hasta la gestión del microclima, desde la elección del sustrato hasta la administración de nutrientes, interactúan para garantizar unas condiciones óptimas de crecimiento, salud y productividad.
Un enfoque científico del cultivo debe dar prioridad al estudio y la comprensión de los procesos fisiológicos, las necesidades nutricionales y los mecanismos de adaptación de la planta a las variables ambientales. Establecer correctamente la duración y la gestión de la fase vegetativa permite obtener una estructura robusta, raíces profundas, un follaje amplio y una copa que pueda soportar el futuro crecimiento de las inflorescencias y la síntesis de cannabinoides como el CBD.
En el cultivo de cannabis light destinado a la producción de CBD y derivados, la inversión en la gestión rigurosa de la fase vegetativa permite maximizar el rendimiento y la calidad de los productos ofrecidos para fines técnicos y de investigación. Los avances científicos y tecnológicos se traducen en herramientas prácticas para el cultivador, desde la monitorización automatizada del clima hasta el uso de lámparas de espectro controlado, pasando por la adopción de prácticas de entrenamiento vegetativo que modelan la estructura en función de los objetivos comerciales y de investigación.
El dominio de los conocimientos sobre la fase vegetativa se traduce en una ventaja competitiva, es decir, en la posibilidad de obtener cultivos más sanos, productivos y orientados a un mercado cada vez más atento a la calidad, la legalidad y la transparencia. Todo aficionado al cannabis informado, desde el investigador hasta el agrónomo, pasando por el coleccionista «legal», encuentra en la ciencia, la profesionalidad y la educación el punto de referencia para el éxito a largo plazo en el cultivo y la valorización de esta extraordinaria planta.
Insistimos una vez más en que el cumplimiento de las leyes sobre el cannabis y sus derivados es un aspecto imprescindible: los productos a base de cannabis CBD están destinados exclusivamente al uso técnico, al coleccionismo o a la investigación científica.
Fase vegetativa del cannabis: takeaways
- La fase vegetativa es el momento en el que el cannabis desarrolla el aparato radicular, la masa foliar y la estructura ramificada que determinarán la capacidad productiva final, con un crecimiento que puede alcanzar los seis centímetros al día en condiciones óptimas de temperatura entre 21 y 29 grados, mientras que el fotoperíodo regula la duración, permitiendo prolongarla indefinidamente con más de 18 horas de luz al día;
- La gestión nutricional requiere una atención especial al nitrógeno para la síntesis de clorofila y proteínas, cuya carencia provoca el amarilleamiento de las hojas, mientras que un equilibrio adecuado con calcio, magnesio y hierro favorece los procesos fotosintéticos y la formación de estructuras que favorecerán la posterior producción de cannabinoides;
- Las técnicas de cultivo como el topping y el Low Stress Training permiten modular la estructura de la planta optimizando la distribución de la luz sobre la copa, mientras que la gestión de un riego abundante pero espaciado favorece el desarrollo de raíces profundas que mejoran la absorción de nutrientes.
Fase vegetativa del cannabis: FAQ
¿Cuál es la duración de la fase vegetativa del cannabis?
La fase vegetativa es el momento en el que el cannabis desarrolla el aparato radicular, la masa foliar y la estructura ramificada que determinarán la capacidad productiva final, con un crecimiento que puede alcanzar los seis centímetros al día en condiciones óptimas de temperatura entre 21 y 29 grados. El fotoperíodo regula la duración, permitiendo prolongarla indefinidamente con más de 18 horas de luz al día.
¿Cómo se gestionan los nutrientes durante la fase vegetativa?
La gestión nutricional requiere una atención especial al nitrógeno para la síntesis de clorofila y proteínas, cuya carencia provoca el amarilleamiento de las hojas. Un equilibrio adecuado con calcio, magnesio y hierro favorece los procesos fotosintéticos y la formación de estructuras que favorecerán la posterior producción de cannabinoides.
¿Qué técnicas se utilizan para optimizar la fase vegetativa?
Las técnicas de cultivo como el topping y el Low Stress Training permiten modular la estructura de la planta optimizando la distribución de la luz sobre la copa. La gestión de un riego abundante pero espaciado favorece el desarrollo de raíces profundas que mejoran la absorción de nutrientes.








