¿Te has preguntado si el cannabis y el cáñamo son lo mismo? Aclaremos esto
En el imaginario colectivo, a menudo se confunde el cannabis con el cáñamo. Las dos palabras se utilizan indistintamente. Sin embargo, a nivel comercial, en términos de cultivo y apariencia, no faltan las diferencias.
En este artículo de nuestro blog JustBob intentaremos aclarar este tema tan debatido, definiendo primero el cannabis y el cáñamo y presentando después la principal diferencia, pero con un supuesto central.
La planta es la misma, ya que ambas forman parte de la familia botánica Cannabaceae. Sin embargo, una cosa es la variante medicinal y recreativa y otra muy distinta la alimentaria e industrial.


¿Qué es el cáñamo?
El cáñamo es una de las plantas más conocidas cultivadas por el hombre, ya que se utiliza desde hace unos 10.000 años.
En concreto, es una especie vegetal apreciada por su versatilidad. No es casualidad que el cáñamo pueda utilizarse de diversas maneras: en primer lugar, es una importante fuente de alimento para los seres humanos y los animales; también se utiliza para la producción de textiles y papel.
Con respecto a esto último, la Declaración de Independencia de los Estados Unidos de América, antes de ser redactada en su versión definitiva en un pergamino de piel de animal, fue lanzada en papel de cáñamo.
Por lo tanto, cuando hablamos de cáñamo, solemos referirnos al cáñamo legal, es decir, a la planta que se distingue por tener bajas cantidades de THC (lo que de hecho la hace “no psicoactiva”) y un contenido significativo de los demás cannabinoides. Esta planta se utiliza principalmente en la industria y la alimentación.
Sus semillas son consideradas un excelente superalimento, principalmente por su excepcional valor nutricional, ya que contienen valiosos nutrientes como proteínas, vitamina E, ácidos grasos esenciales, grasas saludables, aminoácidos y minerales.
En la mayoría de los casos, se utiliza la planta macho, pero también se cultivan plantas hembra sin THC para diversos fines.
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¿Qué es el cannabis?
El término cannabis suele referirse a las plantas que, una vez florecidas, se secan y se utilizan con fines medicinales, curativos o relajantes.
También hay que distinguir entre el cannabis clásico (que contiene altos niveles de THC) y el cannabis light (que no tiene efectos psicoactivos y se utiliza para producir derivados con alto contenido de CBD).
En general, el término “cannabis” se refiere a la inflorescencia.
En los últimos años, los cultivadores han experimentado con multitud de híbridos. Estas son las variedades de cannabis más conocidas en el mercado.
Cáñamo y cannabis: la principal diferencia
Como hemos visto, el cannabis y el cáñamo pertenecen a la misma familia botánica, pero difieren en ciertas sutilezas.
El cáñamo se cultiva para obtener materias primas para el sector industrial (fibras, celulosa, semillas, aceite, etc.); el cannabis se cultiva y se desarrolla constantemente para obtener altos porcentajes de cannabinoides, que se utilizan en los sectores farmacéutico, cosmético y otros.
Sin embargo, además de éstos, hay otros aspectos que merecen ser estudiados.


Composición genética
En la mayoría de los países de la Unión Europea, el cáñamo legal debe tener un umbral de THC inferior al 0,2% para ser clasificado como cáñamo industrial. En Estados Unidos, sin embargo, el umbral de THC se eleva al 0,3%.
El cáñamo sativa contiene alrededor de ochenta cannabinoides, de los cuales el CBD se define como el principio activo saludable del cannabis. Sus beneficios están relacionados con las propiedades sedantes y calmantes, que se conocen desde la antigüedad, ya que se utilizaba para combatir diversos trastornos físicos y mentales.
El extracto de CBD es legal en la mayoría de los países de la UE y se utiliza principalmente en forma de cremas y aceites. Los niveles de concentración de CBD oscilan entre el 3 y el 30%.
El cannabis farmacéutico, en cambio, puede tener altos niveles de THC. Este cannabinoide se añade a algunos medicamentos para tratar ciertas enfermedades.
Apariencia
Otra diferencia importante entre el cannabis y el cáñamo radica en la apariencia.
La planta de cannabis tiene cogollos resinosos, rodeados de pistilos, ramas y hojas anchas.
Las plantas de cáñamo tienen cogollos más pequeños con cantidades insignificantes de resina. Las hojas del cáñamo son más largas y finas, mientras que los tallos son especialmente fibrosos.
Por lo tanto, el cáñamo tiene menos follaje y menos ramas, y parece mucho menos robusto. Para reconocer una planta de cáñamo, también es bueno fijarse en el tallo: suele ser único y de cierto tamaño. Capítulo aparte merecen las variedades de cáñamo que se cultivan para la obtención de fibra y semillas, que pueden alcanzar los 6 metros de altura.
Cultivo
Por lo que respecta al cultivo, que hoy en día se realiza principalmente a escala industrial, hay que tener en cuenta que las plantas de cáñamo se cultivan una al lado de la otra, no muy separadas.
Las plantas de cannabis (nos referimos tanto a la hierba legal como a las que tienen un alto contenido de THC), en cambio, necesitan más espacio y están en su mejor momento cuando se cultivan en entornos controlados (hay que prestar atención a la humedad y la temperatura). Por otro lado, el cáñamo puede cultivarse en todo tipo de entornos y climas.
¿Qué hay que tener en cuenta en relación con los ciclos de cultivo? El cáñamo y el cannabis también se diferencian en este aspecto, ya que el primero necesita unos 4 meses para alcanzar la plena madurez, mientras que el segundo, teniendo en cuenta la variedad, tarda entre 2 y 3 meses.
Legalidad
Aunque las leyes relativas a los umbrales de THC parecen bastante claras, hay un sinfín de lagunas burocráticas, regulaciones y obstáculos para el cultivo legal del cáñamo.
En Estados Unidos, no fue hasta 2018 que la Ley Agrícola de Estados Unidos eliminó el cáñamo de la Ley de Sustancias Controladas. En el Reino Unido, en cambio, existen tarifas y condiciones específicas que establecen claramente que el cáñamo sólo puede cultivarse con fines comerciales y con una licencia. Por lo tanto, no hay posibilidad de que los cultivadores aficionados tengan plantas para uso personal. Esto es así a pesar de que el contenido de THC está dentro del umbral del 0,2%.
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Uso
De todas las plantas cultivadas por el hombre, el cáñamo es sin duda una de las más prolíficas: durante siglos se ha considerado la planta por excelencia para la producción de textiles. Antes de la llegada de las fibras sintéticas, el cáñamo también se utilizaba para fabricar cuerdas y velas.
Las fibras de rafia, por ejemplo, se producen a partir del tallo del cáñamo y siguen siendo la fibra natural más resistente que existe.
En un momento en el que los superalimentos están de moda, las semillas de cáñamo siguen siendo bien recibidas, especialmente por el segmento de mercado que se preocupa por la salud.
Sin embargo, el mercado objetivo ha crecido considerablemente en los últimos años, hasta el punto de que en un futuro no muy lejano las semillas de cáñamo podrían utilizarse como solución a problemas nutricionales en muchos países del mundo. La presencia de nutrientes de calidad podría ser una respuesta importante al problema de la desnutrición.
Los beneficios de los compuestos del cáñamo son obvios: hay muchos suplementos, aceites y productos de belleza y cuidado de la piel en el mercado que ofrecen resultados muy prometedores.
Por último, el cáñamo también se considera una solución versátil en el sector de la construcción.
En conclusión
Después de este breve análisis, deberías tener claras las diferencias entre el cannabis y el cáñamo.
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